LAS 48 LEYES DEL PODER (1/3 PARTE)

El Blog de Dragonfly
La antigua batalla es descrita en casi todas las mitologías conocidas y hasta nuestros días sigue vigente y verdadera. Por un lado, el cosmos, la naturaleza y las leyes universales que rigen todo lo que existe. En el otro lado estamos nosotros mismos. Cuando Robert Greene escribió “48 leyes del poder“, su objetivo era listar sistemáticamente cuáles son las estrategias que se pueden utilizar para imponer la voluntad en contra de un mundo indiferente y de personas tan egoísta como tú mismo. 

Esto es en realidad uno de los conceptos clave de Niccolo Machiavelli (Nicolás Maquiavelo). La idea de que el destino es guiado por la Fortuna y la Virtud. Fortuna sería aquello que sucede y sobre lo que no tienes control. Los “actos de Dios”, el río indomable de la vida. El nombre proviene Fortuna, la diosa romana de la suerte. A veces una princesa, a veces una perra. En el otro lado se encuentra la virtud, cuyo nombre hace referencia al antiguo concepto romano de la Virtud. (No debe confundirse con la distorsión cristiana que se hizo del mismo). Virtud es prácticamente todo lo que haces a propósito. Cuando la virtud funciona de modo coherente con los propósitos bien establecidos, se vuelve idéntica al concepto de Voluntad Verdadera de la Thelema. 

Esta es exactamente la misma idea detrás de toda Biblia Satánica, especialmente el Libro de Satanás. Sin embargo, mientras que la Biblia de Lavey o el Might is Right tratan de la ley del fuerte de modo emocional e idealista, las 48 leyes tratan de la metodología racional con la que se debe ejercer ese mismo poder. 

Así que el libro de Greene, aquí resumido, es un conjunto de estrategias comunes a los hombres que deciden tomar las riendas de su destino y hacer algo por sí mismos. No es de extrañar que este libro forme parte de la lista de lecturas obligatorias del Templo de Seth. Son las leyes de los hombres que Maquiavelo llamaría virtuosos, Lavey llamaría bienaventurados, y nosotros sensatos. 
48 leyes del poder de Robert Greene.
 

LEY N° 1: NUNCA LE HAGA SOMBRA A SU AMO. 
Esfuércese siempre por lograr que quienes están jerárquicamente por encima de usted se sientan cómodos con su sensación de superioridad. No permita que sus deseos de complacerlos o impresionarlos lo induzcan a hacer ostentación de sus talentos y de su capacidad, ya que ello podrá generar un efecto opuesto al deseado, es decir, inspirar temor e inseguridad en sus superiores. Hágalos aparecer siempre más brillantes de lo que en realidad son… y accederá a la cumbre del poder. 

LEY N° 2: NUNCA CONFÍE DEMASIADO EN SUS AMIGOS; APRENDA A UTILIZAR A SUS ENEMIGOS. 
Desconfié de los amigos; suelen ser los primeros en traicionarlo, ya que caen fácilmente presa de la envidia. También suelen convertirse en irrespetuosos y tiranos. En cambio, emplee a quien haya sido su enemigo, y le será más leal que un amigo, ya que deberá hacer mayores esfuerzos por demostrar su adhesión. Lo cierto es que usted debe temer más a sus amigos que a sus enemigos. Si no tiene enemigos, busque la forma de creárselos. 

LEY N° 3: DISIMULE SUS INTENCIONES.
 
Desconcierte a la gente y manténgala en la mayor ignorancia posible, sin melar nunca el propósito de sus acciones. Si no tienen la menor idea de, qué es lo que usted quiere logran les resultará imposible preparar una defensa. Condúzcalos por el camino de las falsas suposiciones, envuélvalos en una nube de humo y verá que, cuando al fin caigan en la cuenta de las verdaderas intenciones de usted, ya será tarde para ellos. 

LEY N° 4: DIGA SIEMPRE MENOS DE LO NECESARIO. 
Cuando intente impresionar a la gente con palabras, tenga en cuenta que cuanto más diga tanto más vulnerable será y tanto menor control de la situación tendrá. Incluso cuando lo que diga sea sólo una banalidad, parecerá una idea original si la plantea en forma vaga, abierta y enigmática. Las personas poderosas impresionan e intimidan por su parquedad. Cuarto más hable, mayor será el riesgo de decir alguna tontería. 

LEY N° 5: CASI TODO DEPENDE DE SU PRESTIGIO; DEFIÉNDALO A MUERTE. 
Su renombre y su prestigio constituyen la piedra angular del poder. Basta el prestigio para intimidar y ganar. Sin embargo, una vez que decae, usted se tornará vulnerable y 4erá atacado por todos los flancos. Convierta su prestigio en una fortaleza inexpugnable. Manténgase alerta frente a cualquier tipo de ataques potenciales y desbarátelos antes de que se produzcan. Al mismo tiempo, aprenda a destruir a sus enemigos abriendo brechas en la reputación de ellos. Luego dé un paso al costado y deje que la opinión pública los crucifique. 

LEY N° 6: BUSQUE LLAMAR LA ATENCIÓN A CUALQUIER PRECIO. 
Todo es juzgado por su apariencia; lo que no se ve no cuenta. Nunca acepte perderse en el anonimato de la multitud o ser sepultado por el olvido. Ponga toda su fuerza en destacarse. Conviértase en un imán que concentre la atención de los demás, mostrándose más grande, más atractivo y más misterioso que la gran masa, tímida y anodina. 

LEY N° 7: LOGRE QUE OTROS TRABAJEN POR USTED, PERO NO DEJE NUNCA DE LLEVARSE LOS LAURELES. 
Utilice la inteligencia, los conocimientos y el trabajo físico de otros para promover su propia causa. Ese tipo de ayuda no sólo le permitirá ahorrar mucho tiempo y energía, sino que le conferirá un aura divina de rapidez y eficiencia. A la larga, sus colaboradores serán olvidados y todos lo recordarán a usted. Nunca haga lo que otros pueden hacer por usted. 

LEY N° 8: HAGA QUE LA GENTE VAYA HACIA USTED Y, DE SER NECESARIO, UTILICE LA CARNADA MÁS ADECUADA PARA LOGRARLO. 
Cuando obligue a otro a actuar, deberá ser usted quien en todo momento ejerza el control. Siempre es mejor lograr que su contrincante se acerque a usted y abandone, en este proceso, sus propios planes. Atráigalo con ganancias fabulosas… y después proceda a atacar. Usted tiene todos los ases en la mano. 

LEY N° 9: GANE A TRAVÉS DE SUS ACCIONES, NUNCA POR MEDIO DE ARGUMENTOS. 
Cualquier triunfo circunstancial que usted obtenga a través de argumentación verbal en realidad es sólo una victoria pírrica: el resentimiento y la mala voluntad que así genera son más intensos y duraderos que cualquier acuerdo momentáneo que haya logrado. Es mucho más eficaz lograr la coincidencia de otros con usted a través de sus acciones, sin decir palabra alguna. No explique; demuestre. 

LEY N° 10: PELIGRO DE CONTAGIO: EVITE A LOS PERDEDORES Y LOS DESDICHADOS 
La desdicha de los demás puede conducirlo a la muerte: los estados de ánimo son tan contagiosos y tóxicos como una enfermedad infecciosa. Aunque sienta que debe tenderle una mano a alguien que se está hundiendo, lo único que logrará con ello será acelerar su propia caída. A menudo, los perdedores, son los artífices de su propia desgracia y terminan por transmitirla a quien quiere ayudarlos. Evítelos y, en cambio, frecuente a individuos ganadores y felices. 

LEY N° 11: HAGA QUE LA GENTE DEPENDA DE USTED. 
Para mantener su independencia, es indispensable que los demás lo quieran y necesiten. Cuanto más confíen y dependan de usted, tanto más libertad usted tendrá. Haga que la gente dependa de usted para lograr su felicidad y prosperidad, y no tendrá nada que temer. Nunca enseñe a los demás lo suficiente como para que puedan arreglárselas sin su ayuda. 

LEY N° 12: PARA DESARMAR A SU VÍCTIMA, UTILICE LA FRANQUEZA Y LA GENEROSIDAD EN FORMA SELECTIVA. 
Un gesto sincero y honesto compensará docenas de actitudes dictadas por la hipocresía y la falsedad. El gesto de franca y honesta generosidad hace bajar la guardia aun al individuo más desconfiado. Una vez que su sinceridad selectiva haya abierto una brecha en la armadura del otro, podrá manipularlo y embaucarlo a su antojo. Un obsequio oportuno —especie de caballo de Troya— podrá cumplir el mismo objetivo. 

LEY N° 13: CUANDO PIDA AYUDA, NO APELE A LA COMPASIÓN O A LA GRATITUD. DE LA GENTE, SINO A SU EGOÍSMO 
Si necesita recurrir a la ayuda de un aliado, no se moleste en recordarle el apoyo que usted le dio en el pasado, o sus buena.; acciones. Lo pasado se ignora se olvida. Si, en cambio, al formular su pedido de colaboración usted muestra elementos que beneficiarán a la otra persona y hace gran hincapié en ellos, su contrincante responderá con entusiasmo a su solicitud, al detectar el beneficio que podría obtener. 

LEY N° 14: MUÉSTRESE COMO UN AMIGO PERO ACTÚE COMO UN ESPÍA. 
Es de fundamental importancia saberlo todo sobre su rival. Utilice espías para reunir información valiosa que le permita mantener siempre una ventaja sobre él. Y mejor aún: haga usted mismo de espía. Aprenda a sondear con cuidado a la gente en corteses encuentros sociales. Formule preguntas indirectas para lograr que el otro revele sus intenciones y sus debilidades. Toda ocasión es buena para ejercer el arte del espionaje. 

LEY N° 15: APLASTE POR COMPLETO A SU ENEMIGO. 
Empezando por Moisés, todos los grandes líderes de la’ historia sabían que era necesario aplastar por completo al enemigo al que temían. (En algunas oportunidades aprendieron esta lección a fuerza de golpes. Si se deja encendida una sola brasa, por muy débil que sea, siempre se corre el riesgo de que vuelva a desencadenarse un incendio. Se ha perdido más por una aniquilación a medias que por una exterminación total: el enemigo se recuperará y buscará venganza. Destrúyalo por completo, no sólo fisica sino también espiritualmente. 

LEY N° 16: UTILICE LA AUSENCIA PARA INCREMENTAR EL RESPETO Y EL HONOR. 
Demasiada oferta reduce el precio: cuanto más lo vean y oigan, tanto menos necesario lo considerarán los demás. Si ya ha afirmado su posición dentro de un grupo determinado, un alejamiento temporario hará que hablen más de usted, e incluso que lo admiren. Deberá aprender cuándo alejarse. Recuerde que la escasez de un recurso incrementa su valor. 
  • 0
  • 0
  • Compartir en Facebook

0 comentarios

Para escribir comentarios debes registrarte.